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Ya tenemos el blog de referencia que enlaza todos los blogs: ms2arte; y la base de datos de todos los proyectos: Ensayos y errores

Proyecto

"Pars pro toto" es la continuación del proyecto educativo del colegio Martí Sorolla que se inició con "La ciudad del arte" en el curso 2009/10, y a la que siguió "Tempus fugit" en 2010/11.

Ya tenemos el blog del proyecto "Lux experimenta" para el curso 2012-13

Pars pro toto es una invitación a descubrir el mundo de la esencia poética y literaria, que con poco dice mucho poniéndolo en relación con el todo o que revela en la ficción su verdad oculta y viva.
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Si quieres saber cómo suena este Blog...Palabras para Julia. José Agustín Goytisolo.

Seis poemas

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viernes, 16 de septiembre de 2011


Poema: Grito hacia Roma (Desde la torre del Chrysler Building) de Poeta en Nueva York
Federico García Lorca.
La ciudad no es sólo un agregado de edificaciones unas al lado de otras, es algo más oculto aún que rara vez llega a la conciencia. Desde siempre en el corazón de la ciudad anidó la idea de justicia. Este poema de García Lorca en su libro Poeta en Nueva York, a parte de su surrealismo esconde una de las descripciones más crudas y veraces de la ciudad, y al mismo tiempo llama a una reivindicación crítica de la vida digna y humana. El contenido de este poema, casi profético, hay que entenderlo desde lo alto de un rascacielos, dirigiendo una severa reprensón hacia Roma y lo que allí habita, el hombre de blanco.

GRITO HACIA ROMA 

(DESDE LA TORRE DEL CRYSLER BUILDING)

Manzanas levemente heridas
por los finos espadines de plata,
nubes rasgadas por una mano de coral
que lleva en el dorso una almendra de fuego,
peces de arsénico como tiburones,
tiburones como gotas de llanto para cegar una multitud,
rosas que hieren
y agujas instaladas en los caños de la sangre,
mundos enemigos y amores cubiertos de gusanos
caerán sobre ti. Caerán sobre la gran cúpula
que untan de aceite las lenguas militares
donde un hombre se orina en una deslumbrante paloma
y escupe carbón machacado
rodeado de miles de campanillas.
Porque ya no hay quien reparta el pan ni el vino,
ni quien cultive hierbas en la boca del muerto,
ni quien abra los linos del reposo,
ni quien llore por las heridas de los elefantes.
No hay más que un millón de herreros
forjando cadenas para los niños que han de venir.
No hay más que un millón de carpinteros
que hacen ataúdes sin cruz.
No hay más que un gentío de lamentos
que se abren las ropas en espera de la bala.
El hombre que desprecia la paloma debía hablar,
debía gritar desnudo entre las columnas,
y ponerse una inyección para adquirir la lepra
y llorar un llanto tan terrible
que disolviera sus anillos y sus teléfonos de diamante.
Pero el hombre vestido de blanco
ignora el misterio de la espiga,
ignora el gemido de la parturienta,
ignora que Cristo puede dar agua todavía,
ignora que la moneda quema el beso de prodigio
y da la sangre del cordero al pico idiota del faisán.
Los maestros enseñan a los niños
una luz maravillosa que viene del monte;
pero lo que llega es una reunión de cloacas
donde gritan las oscuras ninfas del cólera.
Los maestros señalan con devoción las enormes cúpulas sahumadas;
pero debajo de las estatuas no hay amor,
no hay amor bajo los ojos de cristal definitivo.
El amor está en las carnes desgarradas por la sed,
en la choza diminuta que lucha con la inundación;
el amor está en los fosos donde luchan las sierpes del hambre,
en el triste mar que mece los cadáveres de las gaviotas
y en el oscurísimo beso punzante debajo de las almohadas.
Pero el viejo de las manos traslucidas
dirá: amor, amor, amor,
aclamado por millones de moribundos;
dirá: amor, amor, amor,
entre el tisú estremecido de ternura;
dirá: paz, paz, paz,
entre el tirite de cuchillos y melones de dinamita;
dirá: amor, amor, amor,
hasta que se le pongan de plata los labios.
Mientras tanto, mientras tanto, ¡ay!, mientras tanto,
los negros que sacan las escupideras,
los muchachos que tiemblan bajo el terror pálido de los directores,
las mujeres ahogadas en aceites minerales,
la muchedumbre de martillo, de violín o de nube,
ha de gritar aunque le estrellen los sesos en el muro,
ha de gritar frente a las cúpulas,
ha de gritar loca de fuego,
ha de gritar loca de nieve,
ha de gritar con la cabeza llena de excremento,
ha de gritar como todas las noches juntas,
ha de gritar con voz tan desgarrada
hasta que las ciudades tiemblen como niñas
y rompan las prisiones del aceite y la música,
porque queremos el pan nuestro de cada día,
flor de aliso y perenne ternura desgranada,
porque queremos que se cumpla la voluntad de la Tierra
que da sus frutos para todos.


jueves, 15 de septiembre de 2011

Ocaso





Era un suspiro lánguido y sonoro
la voz del mar aquella tarde... El día,
no queriendo morir, con garras de oro
de los acantilados se prendía.

Pero su seno el mar alzó potente,
y el sol, al fin, como en soberbio lecho,
hundió en las olas la dorada frente,
en una brasa cárdena deshecho.

Para mi pobre cuerpo dolorido,
para mi triste alma lacerada,
para mi yerto corazón herido,

para mi amarga vida fatigada...
¡el mar amado, el mar apetecido,
el mar, el mar, y no pensar nada...!

Manuel Machado.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Mediterraneo



Joan Manel Serrat

Quizá porque mi niñez
sigue jugando en tu playa
y escondido tras las cañas
duerme mi primer amor,
llevo tu luz y tu olor
por donde quiera que vaya...
y amontonado en tu arena
guardo amor, juegos y penas.

Yo,... que en la piel tengo el sabor
amargo del llanto eterno,
que han vertido en ti cien pueblos
de Algeciras a Estambul,
para que pintes de azul
sus largas noches de invierno.
A fuerza de desventuras,
tu alma es profunda y oscura.

A tus atardeceres rojos
se acostumbraron mis ojos
como el recodo al camino...
Soy cantor, soy embustero,
me gusta el juego y el vino,
Tengo alma de marinero...
¿Qué le voy a hacer?, si yo
nací en el Mediterráneo.

Y te acercas y te vas
después de besar mi aldea.
Jugando con la marea
te vas, pensando en volver,
eres como una mujer
perfumadita de brea
que se añora y que se quiere
que se conoce y se teme.

¡Ay... si un día para mi mal
viene a buscarme la parca!
Empujad al mar mi barca
con un levante otoñal
y dejad que el temporal
desguace sus alas blancas.
Y a mí enterradme sin duelo
entre la playa y el cielo...

En la ladera de un monte,
más alto que el horizonte,
quiero tener buena vista.
Mi cuerpo será camino,
le daré verde a los pinos
y amarillo a la genista...
Cerca del mar. Porque yo
nací en el Mediterráneo.

martes, 13 de septiembre de 2011

La ciudad y la poesía.


La ciudad viaja a la velocidad de la luz, y no nos da tiempo para registrarla en todos sus detalles. La calle, la plaza, la avenida y los edificios, desaparecen con las prisas y se hunden en la nada que nos consume diariamente. Vamos de prisa siempre como si huyéramos del miedo que da vivir... No tenemos tiempo para parar y pensar, simplemente; o sentir y dejarnos emocionar e hipnotizar por las cosas y sus ritmos llenos de sugerencias que nos llevan de un lugar a otro. No sabemos saborear ni las palabras, ni sus sonidos, y de ese modo, no podemos llegar a dejarnos penetrar hasta la médula de los huesos y el corazón de la carne, por el alma que habita en nosotros y en las cosas. No comprendemos nada de nada porque no sentimos nada en nosotros que tenga valor por sí mismo. Cerrados en esta armadura de miedos y cegados por el miedo que da vivir, huimos con nuestras prisas, a toda velocidad, en medio de una ciudad que nos es tan desconocida como nuestra propia alma. El alma y la vida es como una ciudad, y la ciudad es como el alma y la vida, y tal vez la poesía sea la única sabiduría que nos permita comprender, o al menos sentir, o simplemente intuir, la unidad de todas las cosas y sus ocultas relaciones. Metáfora y analogía se llama a esa operación del espiritu que nos permite comprender que un caballo, en defintiva, se parece a un árbol, y que un cuchillo es carnívoro en esencia. Poco más, queda un universo por descubrir en el que esa calle es una aventura de mi alma en las ciudades de mi vida.


Este año queremos detenernos y contemplar el alma de la ciudad y su poesía. La metáfora y la analogía nos permitirán acceder al significado oculto de las cosas, aquel significado esencial y humano que no está recogido en los diccionarios y en las enciclopedias, y que en cambio, nos llegan al fondo del alma con la precisión y transparencia de la verdad. Pues la metáfora nos permite hablar de lo invisible como si fuera visible, y lo esencial es invisible a los ojos, sólo se ve de verdad con el corazón.

Este año haremos fotografías y poemas, o poesia fotográfica, como lo queráis unir, en un viaje de descubrimiento hacia el interior de las cosas.
Esperamos que os guste.

lunes, 12 de septiembre de 2011

La lluna




Cançó de la lluna
(Vicent Andrés Estellés)

La lluna de la muntanya,
la lluna que més m'agrada!
Ai, com m'agrada la lluna
la lluna de la muntanya!

És una lluna molt neta,
és una lluna molt clara,
Com és de clara la lluna,
la lluna de la muntanya!

Lluna de bosc i fageda,
la lluna que ens agermana,
la lluna de creure i creure
i mirar-nos a la cara.

La lluna de la ciutat
és una lluna gastada,
és una lluna molt trista,
és una lluna llunyana.

¿Qui pot mirar a la lluna
amb una mirada franca?
És un luxe innecessari;
vés a la teua, i a casa.

Si la mires, et fotran
un ganivet per l'espatla,
et robaran la cartera,
la muller i l'esperança.

Però jo pense en la lluna,
la lluna de la muntanya,
i em sé ric d'alguna cosa
que jo no vull dir encara.

Pense en un món on els homes
es miraran cara a cara:
cada paraula que diguen
serà més que una paraula.

Pense en la lluna, la lluna,
la cosa que més m'agrada.
La vida llavors tenia
una gràcia no encetada.

Ai, com m'agrada la lluna,
la lluna de la muntanya!
La lluna de la muntanya,
la lluna que més m'agrada.